Todo parece estar a punto de caramelo para que el partido conservador Likud arrase en las elecciones legislativas del 10 de febrero. Pero a la fuerza que ha gobernado durante 20 de los últimos 31 años le ha salido un quiste: las primarias del Likud han arrojado unos resultados inesperados para su presidente, Benjamin Netanyahu, en las que varios candidatos se alinean con posiciones que lindan con el fascismo.
Moshe Feiglin, líder de los rebeldes extremistas en el Likud, y sus partidarios se erigieron en auténticas estrellas de la campaña y lograron posiciones que les garantizan escaños en el Parlamento.
Feiglin es un dirigente al que muchos califican sin tapujos de "fascista". Hace más de una década, en entrevistas en los medios hebreos, se declaró admirador de Hitler. A su juicio, el líder nazi era un "genio militar incomparable" que "dotó a Alemania de orden público y de un régimen ejemplar con un sistema judicial apropiado". Añadía Feiglin que el sionismo es "racista" y que los palestinos son "inferiores" porque fracasaron a la hora de lograr su Estado a lo largo de la historia.
Se estes senhores terão, em breve, como tudo indica, poder em Israel, a preocupação será enorme pelo futuro da região.
Subscrever:
Enviar feedback (Atom)
Sem comentários:
Enviar um comentário