Un año después del arranque del histórico Gobierno de unidad en Zimbabue, poco o nada se ha movido en el país, convertido desde su independencia en 1980 en un feudo privado del dictador Robert Mugabe. Con el acuerdo de febrero de 2009 "por el que por primera vez Mugabe cedió una parte de su poder" llegó la paz, pero no la esperanza de un futuro mejor.
Zimbabue sigue siendo un país dirigido y controlado por Mugabe y sus acólitos. Un país en el que el 95% de la población no tiene trabajo; en el que la esperanza de vida no supera los 47 años para hombres y mujeres; una nación en la que sus 13 millones de habitantes ven cómo el dinero pierde valor por momentos.
O mundo muda e o Zimbabué continua parado no tempo.
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