El referéndum revocatorio consolidó la fractura política de Bolivia. Evo Morales triunfó con claridad con su proyecto indigenista y centralista, al igual que los cuatro gobernadores que hoy empezarán a aplicar los estatutos de autonomía aprobados por la población. Ante esta ruptura entre el ancestral mundo andino y el oriente joven y pujante, la sociedad pide diálogo y concertación que promueva el entendimiento y no el sometimiento de unos contra otros.
Lejos de generar condiciones para resolver la confrontación del país, los resultados fortalecen en sus posiciones a ambos bloques.
En medio de la desesperanza, Evo Morales dio un paso hacia la conciliación con un discurso cauto y cuidadoso, poco triunfalista, alejado de su usual estilo amenazador. Por primera vez en mucho tiempo se mostró respetuoso con los gobernadores opositores que fueron ratificados en sus cargos y anunció que el voto ciudadano debe ser entendido como un mandato para compatibilizar la Constitución del gobierno y los estatutos autonómicos.
Em vez de clarificar, o resultado de domingo acaba por agravar a situação boliviana, com a divisão social e cultural do país.
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