La asistencia a Georgia coloca a Israel entre la espada rusa (potencia amiga pero no tanto como el aliado estadounidense y fundamental para imponer sanciones en la campaña internacional contra el proyecto nuclear iraní) y la pared georgiana (posibilidad de sacar grandes contratos). La espada ha acabado por doblegar al interés económico y hoy en día la asistencia se ha reducido considerablemente limitándose a material puramente defensivo. Hace dos meses Moscú envió una enérgica carta al Ministerio de Exteriores israelí exigiendo el fin de la ayuda a Georgia. En la misiva se recuerda que también Rusia congeló o anuló completamente el suministro de armas a países enemigos de Israel.
Nem só de dinheiro vivem os interesses.
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